Una de las situaciones más complejas que vivimos los padres, madres y educadores de niños y niñas que están dentro del espectro autista son las desregulaciones emocionales. Pero, ¿qué es una desregulación emocional?, esto es básicamente la imposibilidad de controlar los estados emocionales de una manera apropiada y efectiva, lo que se ve reflejado generalmente en desbordes de ira, poco manejo del control de impulsos, rabietas, autogresión, agresión a terceros o desregulación en los estados de ánimo.
Muchos de nuestros pequeños están en un proceso de autoconocimiento y descubrimiento constante de nuevas emociones, las que no son fáciles de manejar. La tolerancia a la frustración ante la incapacidad de obtener un resultado positivo frente a un desafío o la respuesta a un estimulo no deseado, puede gatillar conductas que pueden ser disruptivas tanto en el hogar como en el aula escolar.
Por este motivo, es sumamente importante tener claridad sobre cuáles son las características particulares de cada niño, niña o adolescente, cuáles son sus necesidades y de que manera podemos prevenir o controlar a tiempo una desregulación emocional.
Una de las herramientas más utilizadas y a la vez con mayor y mejores resultados es la anticipación, nuestros pequeños necesitan sentir seguridad y conocer cuáles son las tareas y desafíos a los que se van a ver enfrentados durante el día, las sorpresas para ellos no son agradables y debemos tener siempre presente esta característica, que comunmente, comparten la mayoria de las personas que se encuentran dentro del espectro autista. Esta simple acción de anticipación puede ayudar a evitar muchos momentos de ansiedad y desregulación, lo que permite una mejor inclusión, una correcta interacción y un mayor manejo emocional en nuestros niños y niñas.
Hay ocaciones en las que éstas desregulaciones no pueden ser evitadas y vemos a nuestros pequeños llegar a puntos insospechados de furia e irritabilidad, ¿qué hacer en estos casos? lo primero, y aunque es dificil, mantén la calma, tu desregulación no va a ayudar a controlar a tu hijo o hija. No muestres una actitud desafiante frente a él en un momento de crisis, que tus abrazos y acercamiento sean para contener. En lo posible, ponte a su altura, acuestate junto a él o ella vigilando siempre resguardar su seguridad para evitar autolesiones, no anules su emoción, muéstrate siempre parte de su proceso, acompañalo tomando su mano, acarisiando su espalda. No le hables cuando la crisis esté en la cúspide, porque tu voz más que una ayuda, se convertirá en un estímulo no deseado en ese momento, recuerda que sólo quiere liberar esa emoción que lo embarga.
Cuando ya haya pasado la crisis y puedas llegar y conectar con el niño o niña, tu abrazo será el mejor alivio para ellos. No le hables de la crisis en sí misma, si no que trata de indagar sutílmente y con calma sobre qué generó la desregulación, de esta manera contarás con mejores herramientas la próxima vez. Háblale sobre la emoción que lo llevó a ese nivel y valídala, ejemplo «Sentiste rabia, mucha rabia, sentías que tu cabeza se hacía muy grande y que necesitabas explotar. A todos nos pasa… yo también he sentido mucha rabia, es normal…vamos a aprender como esa rabia puede salir de otra forma la próxima vez. Yo estoy aquí para ayudarte y acompañarte.«
Recuérdale siempre que no es su culpa, que son formas diferentes de expresar, pero que juntos van a descubrir cuál es la más adecuada. Tu amor y contención siempre serán el refugio que necesitan para calmar.
Luego de una desregulación emocional promueve siempre actividades de relajo, calma, tranquilidad. Prefiere actividades que bajen su carga sensorial y que promuevan la regulación, puedes ofrecerle alguna pelota antiestres, un columpio sensorial, un juguete de estiramiento o algún elemento que lo mantenga conectado con su propio cuerpo. Después de una crisis tu hijo quedará muy cansado física y emocionalmente.
No es fácil controlar o manejar una crisis, pero si lo hacemos de la manera correcta, podemos ir poco a poco haciendo que éstas sean más llevaderas, cortas y de menor intensidad, lo que sin duda será de gran ayuda para tí, pero por sobre todo para tu hijo o hija.
Un abrazo.
Yasna
CEO Mente de colores.